Estás muertes representan el total de fallecidos desde el comienzo del conflicto el pasado 27 de noviembre, cuando grupos rebeldes irrumpieron en la ciudad de Idlib.
Según comunicó el director del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, Rami Abdel Rahman, el grupo Hayat Tahrir al-Sham “controla la ciudad de Alepo, excepto los barrios controlados por las fuerzas kurdas”. Este avance implicaría una incertidumbre en la guerra civil que se está llevando a cabo en Siria, la cual está siendo defendida por Rusia y el Ejército local a través de bombardeos.
En los últimos dos días, los grupos paramilitares opositores al gobierno entraron a Alepo; la segunda ciudad más grande de Siria. Aquello ha generado que Rusia y el Ejercito de Siria intensificaran los bombardeos –sobre todo en Idlib– para lograr destruir objetivos y dispersar a los grupos islmistas.
Se cumplieron cinco días desde el inicio de la ofensiva de grupos rebeldes en gran parte de Idlib. Esto no ha tenido respuesta de la milicia siria, la cual manifestó que se ha retirado de la ciudad con el objetivo estratégico de realizar un contragolpe significativo. Este ataque representa la mayor ofensiva en contra del Gobierno de Siria, liderado por Bashar Al Assad, lo que generó que Rusia, aliado del país de medio oriente, bombardeara en conjunto al Ejército local la segunda ciudad más importante.
Estos ataques son dirigidos por el grupo militante islamista, Hayat Tahrir al-Sham (HTS). Afiliado a la extinta Al Qaeda, el grupo paramilitar se creó en 2011 y está conformado por varios miembros provenientes de varios grupos similares que se unieron en 2016. El líder del autodenominado Estado Islamico (EI), Abu Bakr al-Baghdadi, participó en su creación.