Calificado como un “aumento unilateral de aranceles” que “perturba la cooperación económica entre China y Estados Unidos”.
Este martes, entraron en vigencia los aranceles del 10% impuestos por la Administración de Trump a las importaciones chinas. Según la firma inglesa Capital Economics, estos serán aplicados sobre 450.000 millones de dólares de importaciones anuales.
Mientras que, las nuevas tarifas chinas entrarán en vigencia a contar del 10 de febrero.
Sumado a lo anterior, el Ministerio de Comercio de China y su Administración General de Aduanas dispondrán de controles y restricciones sobre la exportación de minerales y metales de tierras raras, específicamente sobre: tungsteno, telurio, indio, bismuto, molibdeno, y sus productos relacionados. Los cuales, son cruciales para la industria tecnológica de los Estados Unidos, y tienen como fin “salvaguardar los intereses de seguridad nacional”.
Además, la Administración Estatal de Regulación del Mercado de China, anunció una investigación formal contra Google por una “presunta violación de la Ley Antimonopolio de China”. Asimismo, agregó al holding PVH Corp, controlador de marcas como Calvin Klein y la empresa biotecnológica Illuminica Inca.
Lo anterior, porque según la entidad, han violado “los principios del mercado, interrumpir las transacciones normales con empresas chinas, adoptar medidas discriminatorias contra ellas y dañar gravemente sus derechos e intereses legítimos».
De acuerdo al economista en jefe para China en la firma financiera holandesa ING, Lynn Song, una llamada entre Trump y Jinping durante esta semana buscaría generar un espacio de negociación, replicando la dinámica que Estados Unidos tuvo con México y Canadá . Por tanto, “Retrasar la implementación de los aranceles hasta el 10 de febrero permitirá que los líderes de alto nivel se reúnan antes de esa fecha, lo que aún crea una oportunidad para que ambas partes se alejen del abismo y reduzcan la escalada de la situación”, comentó al medio Al Jazeera.