Ayer se cumplieron dos meses de la desaparición de Julia Chuñil, defensora ambiental de la Región de Los Ríos. Fue vista por última vez el viernes 8 de noviembre. Su desaparición ocurrió en un contexto de conflicto territorial en la zona con un particular y la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (Conadi). Según la familia, Chuñil habría sido víctima de amenazas y hostigamientos, las cuales habrían comenzado en 2018, cuando el acuerdo de compraventa entre Conadi y el dueño del terreno, Juan Carlos Morstadt Anwandter, no fue concretado.
Respecto a las pistas encontradas, la familia encontró huellas de un vehículo en el sector donde se perdió el rastro de la dirigente mapuche, lo que alimenta la sospecha de la participación de otras personas.
El presidente Gabriel Boric se refirió al caso durante la entrega del Informe Anual de Derechos Humanos el 10 de diciembre, donde manifestó su preocupación por la desaparición de Julia Chuñil y agregó: “No vamos a cejar hasta encontrarla”.
Los familiares de Chuñil realizaron la denuncia por presunta desgracia el 10 de noviembre tras no hallarla en su hogar. Un mes después de la desaparición, su familia, con apoyo de la ONG Escazú Ahora, presentó una querella criminal contra quienes resulten responsables.
El origen del conflicto
Todo comenzó en 2014, cuando la Comunidad Mapuche Putreguel, en la que viven 17 familias, fue reconocida por la Conadi como territorio indígena ancestral, siendo Julia Chuñil su representante legal. Ese mismo año, la comunidad aledaña Blanco Lepín recibió un predio de 900 hectáreas, aunque luego fue abandonado.
En 2015, la comunidad, representada por Julia Chuñil, asumió el cuidado y la preservación de las hectáreas en cuestión. Las amenazas y hostigamientos habrían comenzado en 2018, cuando Chuñil se negó a vender las tierras.