Solo cinco días después de asumir como mandatario de Estados Unidos, Trump le realizó una llamada telefónica a la Primera Ministra danesa, Mette Frederiksen, para conversar sobre sus intenciones en Groenlandia. La conversación duró 45 minutos y fue calificada por funcionarios europeos como “acalorada”, añadiendo que Trump se puso “agresivo y confrontativo” después del rechazo de Frederiksen a venderle la isla a los Estados Unidos. Tras esto, el primer mandatario estadounidense habría amenazado con efectuar “medidas específicas contra Dinamarca, como aranceles selectivos”.
La llamada generó temor entre los funcionarios de Copenhague: uno declaró que “Trump fue muy firme. Fue un jarro de agua fría. Antes era difícil tomarlo en serio, pero ahora creo que es serio y potencialmente muy peligroso”. Pese a que la oficina de la primera ministra señaló que “no reconocía la interpretación de la conversación dada por fuentes anónimas” al Financial Times, el gobierno danés inició gestiones diplomáticas para hacer frente a las amenazas de Trump.
En particular, Dinamarca está trabajando en acondicionar el aeropuerto de Kangerlussuaq para el aterrizaje de cazas de combate F-35. Junto con ello, la Unión Europea ha planteado la posibilidad de reforzar militarmente Groenlandia.
En esta línea, el ministro para Europa y de Asuntos Exteriores del gobierno francés, Jean-Noë Barrot, dijo en entrevista con Radio Sud que “las fronteras de Europa son soberanas” y aunque señaló que una invasión a Groenlandia por parte de Estados Unidos “no sucederá”, fue enfático al declarar que “si Dinamarca pide solidaridad a los Estados miembros de la Unión Europea, Francia responderá”.
El canciller francés también señaló que “Dinamarca también cree que debemos hacer algo más para defender el Ártico contra la influencia o interferencia extrajera”, pero, ante la idea de un despliegue de tropas, indicó que este no es “el deseo de Dinamarca”.
Otra medida tomada por Dinamarca para hacer frente a la amenaza de Estados Unidos fue la firma del primer Acuerdo Parcial para el Ártico y el Atlántico Norte entre el gobierno danés y los gobiernos autónomos de las Islas Feroe y de Groenlandia. El ministro de Defensa de Dinamarca, Troels Lund Poulsen, mencionó que «este acuerdo sienta las bases sobre las que debemos construir en el primer semestre de 2025”.
Dicho acuerdo establece la llegada de “tres nuevos barcos” para Groenlandia, “dos drones más de largo alcance con capacidades avanzadas”, mejorar la inteligencia, en específico “la capacidad satelital y los sensores terrestres”, “el aumento de la matrícula en la educación básica del Ártico” y más materias, según ha publicado el Ministerio de Defensa de Dinamarca.
Según el propio Ministerio, el acuerdo goza de apoyo transversal entre los partidos políticos daneses, quienes lo celebraron en virtud de la situación actual y de las materias que este trata. Además, desde el Ministerio de Defensa danes han enfatizado en que este “acuerdo parcial es el primer paso para fortalecer la defensa y la seguridad en el Ártico y el Atlántico Norte”.
En paralelo a todo esto, la Primera Ministra Frederiksen desarrolló hoy una frenética gira por Europa buscando apoyos ante lo que podría ser una escalada en un conflicto con EEUU. por Groenlandia. Primero se reunió con el Canciller alemán, Olaf Sholz, quien señaló que la soberanía territorial de los países europeos y su defensa “es un principio fundamental del derecho internacional” y fue enfático al establecer que no hay posibilidad de que “las fronteras se desplacen a la fuerza”.
Tras esto, Frederiksen partió a París para reunirse con el presidente francés, Emmanuel Macron. Allí, el jefe de estado galo remarcó su apoyo a Dinamarca y su rechazo a cualquier violación de su integridad territorial.
Posteriormente, la Primera Ministra viajó a Bruselas, en donde tuvo una reunión privada con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte. Este indicó, mediante su cuenta de X, que en su encuentro “hablamos de cómo estamos trabajando juntos para mejorar la seguridad en el Mar Báltico”.