Revuelo ocasionaron las recientes declaraciones del presidente estadounidense, Donald Trump, quien, entre varias medidas, decidió subir el impuestos a las importaciones. Respecto a ello, el sector minero y metalúrgico entró en alerta, pues esta medida podría generar un impacto significativo en la industria metalúrgica y metalmecánica del país, así como en la exportación de cobre.
Impacto en el acero y el aluminio
La Asociación de Industrias Metalúrgicas y Metalmecánicas (Asimet) ha declarado su estado de alerta tras el anuncio de Trump sobre la aplicación de un arancel del 25% a las importaciones de acero y aluminio.
Su presidente, Fernando Garcías, informó que se coordinarán con el Ministerio de Economía, Nicolás Grau, para evaluar los posibles efectos de esta medida en la industria chilena.
Pero ¿Cuál es la preocupación?, en palabras sencillas, se debe a que Estados Unidos representa el segundo destino de exportación para la industria metalúrgica chilena.
En 2024, las ventas hacia este mercado alcanzaron los 286,6 millones de dólares, por lo que la imposición de estos aranceles podría generar consecuencias económicas negativas para el sector.
Situación del cobre
En cuanto al cobre, el presidente de la Sociedad Nacional de Minería (Sonami), Jorge Riesco, señaló que el 75% de las exportaciones de cobre y sus derivados se dirigen mayoritariamente a China y otros países de Asia. Además, destacó que Chile cuenta con tratados bilaterales y multilaterales que podrían ofrecer protección ante un posible aumento de aranceles.
Riesco advirtió sobre la necesidad de que Chile elabore una estrategia que le permita contrarrestar el impacto de la mayor entrada de productos importados a precios bajos. Aunque en el corto plazo esto podría parecer un beneficio por la reducción de costos, en el mediano plazo podría generar un daño irreversible a los productores nacionales.
Desde Sonami, Riesco subrayó que “no existen incentivos legales, económicos ni estratégicos para imponer este tipo de medidas”, aunque valoró la disposición del gobierno de conformar un grupo de trabajo para evaluar los posibles efectos.
Por su parte, la Cámara Minera de Chile insistió en que este tema debe ocupar a las autoridades para prevenir cualquier impacto negativo en la industria.
A pesar de las advertencias de Trump, Riesco hizo un llamado a la calma, argumentando que la evidencia sugiere que no existen razones de peso para que Estados Unidos aplique tales medidas contra Chile, dado su papel como proveedor de insumos clave para la economía estadounidense.
En este contexto, el futuro de la industria minera y metalúrgica chilena dependerá en gran medida de las negociaciones y medidas que adopten las autoridades para mitigar posibles impactos.
Si bien la aplicación de aranceles genera incertidumbre, los tratados comerciales vigentes y la diversificación de mercados podrían ofrecer un respaldo clave para el sector.
No obstante, es fundamental que tanto el gobierno como los gremios continúen monitoreando la situación y desarrollando estrategias que fortalezcan la competitividad de la industria chilena en un escenario global cada vez más desafiante.