Semana Santa bajo el sol: anticipan máximas cercanas a los 30°C en Santiago

La Región Metropolitana se prepara para enfrentar un fenómeno poco habitual en pleno otoño: una ola de calor que coincidirá con los días de Semana Santa. Según diversos meteorólogos, las temperaturas en Santiago volverán a escalar durante los próximos días, alcanzando valores cercanos a los 30°C, muy por sobre los promedios típicos del mes de abril.

La Región Metropolitana se prepara para enfrentar un fenómeno poco habitual en pleno otoño: una ola de calor que coincidirá con los días de Semana Santa. Según diversos meteorólogos, las temperaturas en Santiago volverán a escalar durante los próximos días, alcanzando valores cercanos a los 30°C, muy por sobre los promedios típicos del mes de abril.

De acuerdo a la definición técnica, se considera una ola de calor cuando las temperaturas máximas superan un umbral determinado durante al menos tres días consecutivos. En el caso de Santiago, ese umbral es de 23,1°C en abril, y todo indica que esta condición se cumplirá sin problemas durante la festividad religiosa.

“El Jueves Santo se espera una máxima de 28,1°C, mientras que el domingo de Resurrección los termómetros podrían llegar hasta los 29°C”, señaló el meteorólogo Jaime Leyton. Estas proyecciones consolidarían una ola de calor en plena temporada otoñal, lo que representa una situación inusual pero no inédita en la zona central del país.

Además de Santiago, otras comunas del valle central —como Rancagua, San Felipe, Los Andes e incluso algunas zonas del Maule— podrían experimentar este fenómeno, con temperaturas que también superarían los registros normales para la estación.

El llamado de los meteorólogos es claro: tomar precauciones, especialmente entre las personas mayores, niños pequeños y quienes realizan actividades físicas al aire libre. Se recomienda hidratarse constantemente, evitar la exposición prolongada al sol en horas de mayor radiación (entre las 11:00 y las 16:00 horas) y el uso bloqueador solar.

Este evento meteorológico se enmarca en una tendencia observada durante los últimos años, donde los veranos se extienden y las temperaturas extremas se vuelven más frecuentes, incluso fuera de temporada. Si bien se trata de un fenómeno puntual, su recurrencia en años recientes vuelve a poner sobre la mesa el impacto del cambio climático en el comportamiento térmico de las ciudades.