Infancia en riesgo: Una de cada cuatro niñas ha sido víctima de abuso sexual

Un reciente estudio del Observatorio Niñez Colunga junto al Centro Justicia y Sociedad de la UC, reveló que una de cada cuatro niñas ha sido víctima de abuso sexual, una problemática que continúa creciendo en silencio.
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En el marco del Día Internacional contra el Maltrato Infantil, se presentó el informe “Violencia contra la niñez: Panorama de los últimos 10 años” elaborado por el Observatorio Niñez de la Fundación Colunga en conjunto con el Centro de Justicia y Sociedad de la Pontificia Universidad Católica de Chile, en el cuál se reflejan cifras estremecedoras que afectan gravemente a la infancia en el país.

El 25% de las niñas en Chile han sido víctima de abuso sexual en algún momento de su vida, un porcentaje extremadamente alto, dejando en evidencia que es una crisis que sigue aumentando en la ciudadanía chilena, esto a pesar de avances sociales y campañas de concientización.

El documento advierte que este tipo de violencia hacia la infancia femenina chilena, muchas veces es invisibilizada.

En esta línea, el abuso sexual consiste en actos de connotación sexual no consentidas, ya sea con o sin contacto físico y que puedan llevarse a cabo mediante manipulación, fuerza o aprovechamiento de una relación de poder, que ocurren principalmente en lugares que son seguros. En dos de cada tres casos, el agresor es alguien cercano. Y en uno de cada diez, según lo que reportan niñas y niños en las encuestas realizadas por el informe, convivía en el hogar de la víctima.

Las organizaciones responsables del estudio hacen un llamado de emergencia a las autoridades y a la sociedad civil a generar políticas públicas eficaces de prevención, atención y reparación, para así poder fortalecer los sistemas de protección infantil. Además, desde la Fundación Para la Confianza, advierten que el abuso sexual infantil sigue siendo un tema tabú, estigmatizado, y que el sistema judicial chileno aún presenta barreras que desalientan la denuncia.

La magnitud de esta realidad exige una respuesta inmediata. No se trata solo de cifras, se habla de niñas cuyas vidas han sido marcadas por el abuso, muchas veces en silencio y sin apoyo. La herida que deja la violencia sexual infantil, es duradera y profunda, por lo que es clave fortalecer la prevención y garantizar justicia, para que estos casos no sigan ocurriendo.