La gobernación bajo la lupa: dos visiones opuestas para Santiago

Este domingo, los dos candidatos se batirán en una reñida segunda vuelta para llegar al sillón de la Gobernación Metropolitana. Sus evidentes diferencias han hecho que choquen en diferentes ocasiones durante la campaña. Y es que, mientras uno se enfoca en la continuidad, otro se aventura por cambios profundos.

Comparten apellido, pero son solo una coincidencia. Sus propuestas y promesas para el Gobierno Regional de la Región Metropolitana están marcadas por diferencias profundas y enfoques opuestos. Por un lado, Claudio Orrego presenta un programa de 53 páginas, dedicando las primeras seis a introducirlas y destacar las gestiones realizadas durante su mandato como gobernador. En contraste, Francisco Orrego ofrece un programa más conciso, de solo seis páginas, enfocado en plantear soluciones a los problemas que, para él y su sector, enfrenta la región.

Primeramente, Claudio Orrego (Ind.- ex DC), actualmente en el cargo, cuenta con una extensa trayectoria política, que incluye dos periodos como alcalde de Peñalolén, su candidatura presidencial, su período como intendente en el segundo gobierno de la presidenta Michelle Bachelet, y su rol como impulsor de proyectos recreativos y sociales en diversas comunas. En su programa, destacan dos ejes principales: las gestiones ya realizadas durante su mandato como gobernador y los nuevos proyectos que propone para el futuro.

Por otro lado, Francisco Orrego (RN), que cuenta con el respaldo de Chile Vamos. Fue candidato constituyente en el primer proceso de 2020, exasesor de Rodolfo Carter –un rol actualmente bajo escrutinio por parte de Contraloría– y es conocido por su participación como panelista en el programa de canal Vive!, Sin Filtros, donde apunta contra los “políticos tradicionales”.

Las principales diferencias

Ejes destacados del programa de Claudio Orrego:

Seguridad: Proyectos como «Calles iluminadas, calles seguras» y equipamiento para policías y municipios, con inversión en tecnología biométrica y cámaras de vigilancia.

Desarrollo social: Infraestructura en salud (nuevos CESFAM y COSAM), redes de ciclovías y proyectos para adultos mayores.

Medio ambiente: Propuestas como techos verdes, corredores ecológicos y planes de economía circular.

Infraestructura: Recuperación de barrios históricos y un nuevo Plan Regulador Metropolitano, ha planteado la necesidad de generar un hub de innovación para convertir a Santiago en una “smartcity”.

Con un estilo enfocado en continuidad, Claudio Orrego resalta con la experiencia previa y los proyectos concretos realizados. Actualmente, su campaña está siendo respaldada por figuras del oficialismo como el alcalde de Maipú, Tomás Vodanovic (FA), la alcaldesa de La Pintana, Claudia Pizarro (PC), y la exalcaldesa de Ñuñoa, Emilia Ríos (FA).

Ejes destacados del programa de Francisco Orrego:

Seguridad: Prioriza la «tolerancia cero» al delito, propone incrementar los recursos para Carabineros y fomentar la coordinación entre instituciones.

Desarrollo económico: Incentivos a la inversión privada y generación de empleo como ejes clave.

Infraestructura y desarrollo: Menor enfoque en proyectos específicos, más generalidades sobre la mejora del entorno urbano.

Francisco Orrego, el candidato opositor, se ha mostrado crítico hacia la administración actual, con énfasis en renovación y cambio. Su campaña es respaldada por figuras clave de la oposición, como la actual alcaldesa de Providencia, Evelyn Matthei (UDI), Jaime Bellolio (UDI), alcalde electo de esa misma comuna, y Mario Desbordes (RN), alcalde electo de Santiago.

Este domingo 24 de noviembre, los votantes de la Región Metropolitana decidirán entre dos visiones diametralmente opuestas para la gobernación. Por su parte, Claudio Orrego busca consolidar su continuidad con un enfoque integral que aborda seguridad, desarrollo social, medio ambiente e infraestructura. La contraparte, Francisco Orrego, plantea una ruptura con la gestión actual, con un mensaje directo de cambio centrado en seguridad y desarrollo económico.

Más allá de las diferencias en estilo y prioridades, los candidatos representan polos opuestos del espectro político y administrativo. Esta elección será clave no solo para definir el rumbo de Santiago en los próximos años, sino también para medir las tendencias del electorado en un contexto político nacional cada vez más polarizado.