El acusado, de iniciales M.A.O.B., fue condenado hoy a penas de presidio perpetuo por violaciones y abusos reiterados, más otros quince años de cárcel por almacenamiento y producción de material pornográfico infantil. Esto, tras descubrir la red que había mantenido a su hijastra como víctima desde los ocho años.
El condenado llegó a la vida de la niña siendo su profesor particular, para luego convertirse en pareja de la madre y de a poco ir influyendo en ella para someterla a vejámenes sexuales, logrando mantener estos hechos en secreto hasta incapacitarla psicológicamente para oponerse a estos.
Con respecto al caso, el fiscal Richard Urra destacó que el tribunal acogió la circunstancia comisiva que planteó la Fiscalía, es decir, que la víctima estaba incapacitada para oponer resistencia, pero esta no era una incapacidad física, sino psicológica.
Además, plantearon la teoría de que el imputado principal comenzó a “programar” a la niña desde que era pequeña, para que entendiese que las conductas a las cuales fue expuesta eran normales para así aprovecharse de ella, tanto él como los otros condenados.
De acuerdo a los antecedentes, y la investigación realizada por la Unidad de Investigación de BioBioChile, el acusado principal violó y abusó sexualmente de la víctima, siendo además quien contactaba a los otros sujetos para que cometieran los mismos actos en contra de la menor.
El fiscal agregó que “el trabajo que se realizó por la unidad de delitos sexuales de la Fiscalía Regional y de la Brigada de Delitos Sexuales (Brisex) de la PDI fue muy intenso, profesional y acucioso, pues se analizaron más de 16 mil imágenes y 134 videos de connotación sexual, más de 600 conversaciones por redes sociales, más de 60 días de interceptaciones telefónicas y múltiples declaraciones para obtener la condena de todos estos imputados”.
En relación a esto, el Tribunal Oral en lo Penal de Chillán sentenció a otros cuatro acusados a penas que van desde los ocho años, hasta los 22 años de presidio.
Junto a ellos, otros nueve imputados fueron condenados en procedimientos abreviados que suman cinco años de presidio para cada uno.
Actualmente y según información entregada por el Ministerio Público, la joven cuenta con apoyo y contención psicológica de la Unidad de Atención a Víctima y Testigos de la Fiscalía Regional.