En un reciente artículo de El Mercurio, se abordaron las movilizaciones que actualmente tienen lugar en diversas universidades de Chile, motivadas por la guerra en Gaza. Entre las demandas de los estudiantes, destaca la petición de cortar vínculos con universidades israelíes.
La noticia subraya la preocupación de académicos y rectores ante una supuesta «crisis en la sociedad sobre cómo se enfrentan las diferencias y el conflicto». Critican algunas medidas estudiantiles, como las tomas, que según ellos, «impiden hacer su trabajo» y generan un constante «miedo a la funa».
Un caso destacado es el de Gladys Briceño, profesora del departamento de Música de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación (UMCE). Tras 24 años de trayectoria en la institución, ha sido señalada en un comunicado estudiantil como «sionista», exigiendo su destitución.
«Esto de abanderarse creo que es nefasto para las universidades», opina Briceño, refiriéndose a la necesidad de mantener un espacio para diversas posturas en debates sobre la guerra. «Nadie se atreve a decir nada», añade la profesora, confesando su temor a que, «en el fondo, solo cuidas tu pega (…) es muy difícil que un estudiante, en un día, destruya tu imagen pública».
En otro caso, bajo el subtítulo «Marcados y Escoltados», se mencionó un incidente en la Universidad de Chile, donde un lienzo en el campamento instalado en la Casa Central causó polémica. El lienzo mostraba a la directora Rosa Devés besando al primer ministro de Israel. La vicerrectora de la Universidad de Concepción, Paulina Rincón, calificó este acto como: «violencia contra la mujer, específicamente violencia política».
Además, en el campus Juan Gómez Millas, actualmente en toma, se implementaron medidas de seguridad donde los estudiantes «marcan» tanto a profesores como a alumnos para permitir su ingreso al recinto.
Esto último generó controversia a nivel nacional, atrayendo la atención del Presidente de la República, Gabriel Boric, quien expresó su opinión comentando que le parece “inaceptable marcar a una persona, profesor, estudiante, funcionario, trabajador, por pensar distinto, creo que es algo que no debe tener cabida ni en una universidad, ni en ninguna parte”, a pesar de que confesó no estar informado del tema.