En la jornada de ayer se culminó el apagado del alto horno y colada de la Compañía Siderúrgica Huachipato (CSH), relacionado al proceso de cierre que continúa ejecutándose debido a la imposibilidad de la empresa para ajustar los precios a las sobretasas que la Comisión Antidistorsiones impuso al acero chino.
En la madrugada del lunes, alrededor de las dos de la mañana con 20 minutos, el Alto Horno de la Siderúrgica de Huachipato dejó de funcionar tras culminar su apagado. Desde la empresa, sostuvieron que las razones del cierre de la compañía, que fue anunciado en agosto, fueron motivadas por múltiples factores “que no se podrán revertir en el corto o mediano plazo”. “Ya terminando el alto horno no hay acero para procesar, para nada (…) De aquí al 31 de octubre, ya Huachipato no está funcionando”, informó Fernando Orellana, presidente del sindicato N° 2 de la compañía. En cuanto a los despidos, se estima que el cierre de la planta afectará más de 20 mil empleos, en este sentido, las desvinculaciones masivas comenzarán el 23 de septiembre, según datos mencionados por Orellana.
De esta manera, se terminan 74 años de historia que Huachipato construyó en la región del Biobío. No obstante, el escenario ha provocado preocupación por parte del Ministerio de Economía por lo que hicieron el lanzamiento de un plan con 32 medidas que pretenden reactivar la economía de la zona, el objetivo es destrabar proyectos que alcanzan hasta los US $6.800 millones.
Desde la zona afectada, diputados del región del Biobío, Roberto Arroyo del Partido Social Cristiano (PSC) y Karen Medina (independiente) solicitaron información al Gobierno respecto al impacto ambiental que el cierre de Huachipato provocará en la salud de las personas y el lugar, asimismo sobre la preocupación de entregar información clara a la comunidad al respecto de potenciales riesgos o medidas de mitigación por el cierre de la siderúrgica. Al respecto, los diputados oficiaron a la ministra del Medio Ambiente, Maisa Rojas, para manifestar estas inquietudes.
“El cierre de la planta de Huachipato no solo representa un impacto económico para la región, sino que también plantea serios riesgos para el medioambiente y la salud de las personas. Es fundamental que el Gobierno y las autoridades competentes aseguren un proceso de cierre transparente y responsable”, declaró Medina.