El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, acusó este domingo a las fuerzas de paz de la ONU en el sur del Líbano (Finul) de servir como “escudos humanos” del grupo paramilitar libanés Hezbolá, por lo que exigió su retiro inmediato.
La acusación de Netanyahu se dio después de que cinco miembros de la Finul -también llamados “cascos azules”- resultaran heridos por fuego israelí, el cual habría sido disparado “repetida y deliberadamente” en los últimos tres días, según afirmaron desde las fuerzas de paz de la ONU.
Netanyahu mencionó, a través de un video difundido por su oficina, que la negativa a “evacuar a los soldados de la FINUL los convierte en rehenes de Hezbolá”, por lo que instó al secretario general de la ONU a retirar “a las fuerzas de la Finul del peligro. Debe hacerse ahora mismo, de inmediato”.
A pesar de las declaraciones del mandatario israelí, 34 representantes de diferentes países expresaron, a través de una carta, su repudio ante los últimos ataques israelíes a los “cascos azules” y exigieron garantizar su seguridad en territorio libanés.
La situación entre el ejército israelí y las fuerzas de la ONU se mantiene en tensión, pues estas últimas denunciaron hoy que tres pelotones de efectivos israelíes cruzaron la Línea Azul establecida por los agentes de la ONU, lo cual constituye una violación a la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
EL ROL DE LOS “CASCOS AZULES”
Según lo informado por las Naciones Unidas, en actividad hay 100.000 efectivos de los “cascos azules”, los cuales tienen el objetivo de proteger a la población de diferentes países frente a amenazas y facilitar el surgimiento de un entorno seguro.
Estas fuerzas de la ONU se encuentran en el Líbano de conformidad con la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU, la cual puso fin a la guerra de 2006 entre Israel y Hezbolá.