El pasado fin de semana, Chile se unió nuevamente en torno a la Teletón. Canales de televisión, rostros, empresas y la ciudadanía se conglomeraron durante 27 horas de transmisión continua, superando la meta y alcanzando una suma final de más de 40 mil millones de pesos. Sin embargo, una misma interrogante surge año tras año: ¿a dónde va realmente ese dinero? ¿Se está utilizando de manera eficiente y transparente?
Este 2024, la campaña recaudó un total de $40.502.617.946. No obstante, la cruzada solidaria tuvo una de sus versiones más complejas. Durante todo el día, Don Francisco, líder histórico del evento, hizo sentidos llamados para que el público fuera a donar. Las cuantiosas donaciones en el bloque de cierre fueron la clave para conseguir el objetivo, pero más allá del espectáculo y la cifra alcanzada, para muchos, la transparencia en el destino de los fondos es fundamental. La Teletón se enfrenta a la creciente responsabilidad de mostrar, con detalle, cómo cada peso se traduce en beneficios reales para los niños, niñas y jóvenes en situación de discapacidad.
Uno de los principales destinos de los fondos recaudados es la red de centros de rehabilitación que la Fundación Teletón ha establecido en la mayoría de regiones del país. Estos recintos permiten que miles de personas, en su mayoría niños y jóvenes, accedan a tratamientos especializados y gratuitos. Sin embargo, aunque el impacto positivo es innegable, el costo de mantener estas instalaciones es elevado y requiere una constante inyección de recursos para asegurar tanto la calidad de las terapias como la actualización de sus instalaciones.
Además de la infraestructura, la fundación asegura que fondos se destinan a terapias esenciales como fisioterapia, fonoaudiología y apoyo psicológico. Sin embargo, surge la pregunta de si todos los centros de Teletón, especialmente en regiones, cuentan con la misma calidad de servicios que el de Santiago. La sostenibilidad y equidad en la distribución de recursos se presentan como temas de preocupación. La Fundación Teletón se compromete cada año a la rendición de cuentas, publicando su memoria anual.
¿Se rinde cuenta de estos recursos?
La institución no solo publica cada año una memoria detallada, sino que también somete sus cuentas a auditorías independientes. En la memoria de 2023, por ejemplo, se detalla el desglose de ingresos y egresos, explicando cómo el 83% de los recursos se destinó directamente al funcionamiento de los institutos y al cuidado de los pacientes, mientras que el 10% fue utilizado en la producción de la campaña y un 6% en el funcionamiento administrativo de la Fundación.
Las empresas y la Teletón
En el complejo escenario que se vivió en la edición 2024, la meta fue impulsada principalmente por donaciones significativas de grandes empresas como la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC) con $3,300 millones, el Banco de Chile con $1,800 millones y la Fundación Luksic con $1,500 millones. Empresas como CCU y SMU también hicieron aportes superiores a los mil millones de pesos cada una.
Estas empresas, según la fundación, cumplen un rol fundamental para el éxito de la campaña. Además, al asociarse con la Teletón, también fortalecen su imagen como marcas comprometidas socialmente, lo cual suele mejorar la percepción pública e incluso impactar en sus ventas. Sin embargo, ¿cuánto de esta solidaridad responde a un verdadero interés social y cuánto es parte de una estrategia de marketing?
Durante las últimas horas de la campaña, se viralizó un post en X (ex Twitter) donde se hacía alusión a la millonaria donación de SMU, controladores de las cadenas de supermercados Unimarc, Alvi, Mayorista 10 y Súper 10, manejada por el empresario Álvaro Saieh. En el post se comparaba la donación de $1.400 millones con el reciente reajuste salarial de 4 mil pesos otorgado a cada trabajador durante la última negociación colectiva de la empresa. Considerando que SMU emplea a aproximadamente 5 mil trabajadores en el formato Unimarc, este reajuste anualizado representaría una cifra total de 200 millones de pesos, una comparación que abrió el debate en redes sobre el compromiso de las empresas no solo con las causas públicas, sino con sus propios colaboradores.
La sostenibilidad en el futuro
Según palabras de la fundación, con la meta alcanzada este año, se han planteado proyectos para nuevos institutos en las regiones de O’Higgins y Ñuble, pero el reto de modernizarse y responder a las crecientes necesidades plantea cuestionamientos sobre la sostenibilidad de su modelo.
La crisis de la campaña de este año da cuenta del momento crucial que vive Teletón, en el que su éxito futuro depende de la capacidad de administrar eficazmente los recursos y de garantizar que cada peso donado se traduzca en una mejora tangible para quienes realmente lo necesitan.