“El Comando Norte de EE.UU. ha activado el batallón de Infantería de Marina que se declaró en estado de alerta durante el fin de semana”, señaló en un comunicado el Pentágono, agregando que aproximadamente 700 infantes de marina se integrarán con las fuerzas de la Guardia Nacional.
Esta medida sin precedentes, preocupa a los activistas de derechos humanos, ya que los marines, al igual que la Guardia Nacional, no pueden participar en tareas de orden público como hacer arrestos, a menos que el presidente invoque la Ley de Insurrección, que autoriza el uso de las Fuerzas Armadas para controlar una rebelión contra el gobierno federal.
Las autoridades del estado de California presentaron una demanda contra el presidente por desplegar “ilegalmente” a la Guardia Nacional para contener las protestas. Además, la Casa Blanca ha amenazado con arrestar al gobernador Gavin Newsom y a la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, por no controlar adecuadamente las manifestaciones.
Aunque no se han especificado sus tareas, las tropas podrían encargarse del control de multitudes o la seguridad. El Departamento de Defensa aún define las reglas sobre el uso de la fuerza, que probablemente seguirán los estándares militares actuales.
El gobernador de California, Gavin Newsom, criticó la idea de desplegar marines en territorio estadounidense contra sus propios ciudadanos, afirmado que los marines han servido con honor en guerras por la democracia y que usarlos para cumplir los deseos autoritarios de un presidente sería antidemocrático y contrario a los valores de EE.UU.